¿Cuál es la relación entre el Espíritu Santo y los dones espirituales? El Espíritu de Todopoderoso es el que da los dones espirituales a los creyentes para que puedan servir a la iglesia y glorificar a Jehová.

La manifestación del Espíritu en Pentecostés incluye lenguas de fuego y la habilidad de charlar en diferentes idiomas, simbolizando la universalidad del mensaje cristiano.

En todo el pasaje no se menciona al Espíritu Santo. Sin bloqueo, la Iglesia ortodoxa interpreta el pasaje en un sentido trinitario, asumiendo que la voz que se oye es la del Padre y la aglomeración que los envuelve, el Espíritu Santo.

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

En este artículo, vamos a explorar la naturaleza, el origen y la obra del espíritu santo en la Nuevo testamento y en la historia de la iglesia. El espíritu santo es la tercera persona de la Trinidad, que, unido con el Padre y el Hijo, forma el intriga de un solo Alá en tres personas.

Este fruto proporciona tranquilidad interna, incluso en medio de conflictos o pruebas. La paz del Espíritu Santo permite a los creyentes contraponer las adversidades con confianza y serenidad.

Después de que Hebreos 11 enumera a mucha Parentela de gran Confianza en el Antiguo Testamento, termina por resolver que ellos no habían recibido la promesa: “Y todos estos, aunque alcanzaron buen evidencia mediante la Seguridad, no recibieron lo prometido; proveyendo Altísimo alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados A salvo de nosotros” (Hebreos 11:39-40).

Aquellos que aceptaron el mensaje de Cristo fueron salvos bajo el pacto antiguo mientras esperaban el nuevo pacto y el Espíritu Santo prometido. Fueron salvos en armonía con la Calidad y no en examen a ella.

La alegría espiritual no depende de las circunstancias externas. Es una profunda satisfacción que proviene de la relación con Alá y del entendimiento de su Chispa.

La combinación de estas funciones permite que el Espíritu Santo actúe como un compañero constante en el camino cristiano. Su presencia transforma la experiencia de fe, haciendo que los creyentes se sientan apoyados y guiados en cada etapa de su vida espiritual.

Por otro flanco, quienes cuestionan la validez actual de las lenguas argumentan que este don estaba asociado con la autoridad apostólica y que, una vez establecido el canon bíblico, aunque no es necesario. Sin bloqueo, esta postura no explica por qué millones de creyentes en todo el mundo continúan experimentando esta manifestación espiritual de guisa genuina.

Notar la presencia del Espíritu Santo nos confirma nuestra realidad: ¡somos hijos de Altísimo! Esa certeza nos lleva a tener una relación cercana y preciosa con nuestro Padre celestial. Nuestra Source verdadera identidad está ahí: somos hijos del Altísimo todopoderoso y nadie podrá cambiar eso de ningún modo.

Otros relatos de la Gran Comisión anotan la promesa del Señor de estar con Sus discípulos hasta el fin de la permanencia (Mateo 28:20) Campeóní como Su promesa de alcanzar a todos los creyentes el poder de echar fuera los demonios, conversar en nuevas lenguas, ser victoriosos sobre las serpientes, ser protegidos contra el Tóxico, y orar con éxito por la sanidad de los enfermos (Marcos 16:17-18). Todas estas promesas se cumplen por medio del poder del Espíritu Santo que mora en ellos.

Este incidente revela que el bautismo del Espíritu Santo es una experiencia definitiva que no debe ser confundida con los milagros y que no necesariamente acompaña los milagros, y no debe ser confundida con la gran emoción, la creencia mental, el arrepentimiento, o el bautismo en agua.